Los primeros meses de vida de los gatitos se caracterizan por un rápido crecimiento. Pero, en algunos casos, podemos darnos cuenta de que nuestro pequeño no está creciendo tanto como debería. Los gatitos son tan vulnerables que la presencia de parásitos o una alimentación inadecuada consiguen interferir en su correcto desarrollo. Sin embargo, hay otras causas que explican por qué un gato no crece.
¿Por qué mi gatito no crece?
Antes de nada, es importante resaltar que existe una raza felina conocida como gato munchkin y caracterizada por su reducido tamaño debido a sus cortas patas. Por ello, si has adoptado un gatito y desconoces si es de raza o no, lo primero que recomendamos es consultar con el veterinario si se trata de un munchkin.
Dicho lo anterior y una vez descartada la raza como causa, los gatitos deben mantenerse junto a su madre y hermanos al menos durante las primeras ocho semanas de su vida. Por eso es habitual que los adoptemos con unos dos meses. En función de su procedencia podemos recibir al nuevo miembro de la familia desparasitado, vacunado y bien acostumbrado a comer solo y sólidos. Pero no siempre nos encontramos con esta situación ideal, lo que puede explicar por qué nuestro gato no crece.
Así, un gatito que no ha sido desparasitado internamente corre el riesgo de ver mermado su crecimiento, además de sufrir otros síntomas como diarrea, vómitos, mal aspecto del pelaje o anemia. Por eso, si desconocemos si el gatito ha visitado al veterinario o tenemos dudas, lo mejor es acudir a una clínica nada más recibirlo. Allí este profesional lo revisará y nos prescribirá los fármacos necesarios.
Por otra parte, la alimentación es siempre fundamental para el bienestar animal. Si en los gatos adultos una mala nutrición puede causar problemas, mucho más comprometida será la situación en los gatitos. De hecho, si no están bien nutridos su crecimiento se va a ver dificultado. Por eso es básico ofrecerle una buena alimentación, con un menú adecuado a su edad para asegurarnos de que están cubiertas todas sus necesidades nutricionales. Si optamos por la comida casera, tenemos que ser muy conscientes de que no es sinónimo de ofrecerles las sobras de nuestra mesa. Hay que elaborar un menú con el asesoramiento de un veterinario especializado.
Otras causas de enanismo en gatos
Si bien una mala nutrición o la presencia de parásitos pueden explicar por qué un gato no crece ni engorda como debería, hay otras causas, aunque poco frecuentes. En general, los gatitos nacen aparentemente sanos y es según van cumpliendo semanas cuando comienzan a apreciarse síntomas, entre los que destaca el retraso en el crecimiento. Este será más evidente si el pequeño permanece junto a sus hermanos, ya que es posible establecer comparaciones. Un gatito enano puede estar sufriendo enfermedades que afectan al desarrollo y provocan, además, otros síntomas. Estas enfermedades, poco frecuentes, son:
Hipotiroidismo congénito: se debe a un problema en la tiroides que impide la síntesis de sus hormonas y, además de enanismo desproporcionado, estos gatos tienen el cuello y las patas cortas, la cara ancha, alteraciones en el sistema nervioso y, a nivel cerebral, retraso en el cambio de la dentición, apatía, inapetencia, pelo mate, baja temperatura, etc.
Mucopolisacaridosis: se trata de enfermedades debidas a deficiencias de enzimas. Los gatitos afectados son pequeños, tienen la cabeza y las orejas pequeñas, la cara ancha, los ojos muy separados, la cola corta, andares torpes, atrofia de retina, problemas óseos, neurológicos y cardíacos, parálisis, etc.
Enanismo hipofisario: se produce por un déficit en la hormona del crecimiento. Provoca estreñimiento, retraso en la dentición, vómitos o deshidratación, además de un tamaño pequeño, pero proporcionado.
Shunt portosistémico: en este caso hay un problema circulatorio que impide que las toxinas del organismo sean depuradas, pasando directamente al torrente sanguíneo y provocando diferentes síntomas entre los que se cuenta un retraso en el crecimiento y problemas a nivel mental.
¿Qué hago si mi gato no crece?
Repasadas varias situaciones que pueden explicar por qué un gato no crece ni engorda, si sospechas que es el caso de tu gatito, lo más sencillo es comenzar por desparasitarlo y darle un alimento apropiado a esta etapa vital. En poco tiempo, si este era el problema, deberíamos apreciar la mejoría.
Si ya come bien y ha sido desparasitado, es imprescindible acudir al veterinario. Este tiene que establecer un diagnóstico diferencial entre dolencias como las que hemos explicado. Para ello, se realizan diferentes pruebas que van a incluir el análisis de sangre o las radiografías. En función del resultado el pronóstico variará.
Tratamiento del enanismo en gatos
Por desgracia, no todas las enfermedades que explican por qué un gato no crece tienen cura. Cuando hay un hipotiroidismo sí es posible conseguir que el gato crezca, mejore sus síntomas y obtenga una buena calidad de vida si seguimos un tratamiento hormonal que nos pautará el veterinario. El shunt puede operarse, aunque no siempre resulta posible, y para la mucopolisacaridosis existe la posibilidad de tratar los síntomas, pero el pronóstico, en ambos casos, será reservado. Los gatitos con enanismo hipofisario suelen fallecer.
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