Una vez que tomamos la sabia decisión de castrar a nuestro perro, pueden asaltarnos las dudas acerca de cuál es la mejor edad para hacerlo. Seguramente nos hayan dado muchas versiones, y hayamos escuchado todo tipo de supuestos y experiencias que a veces pueden confundirnos, en lugar de orientarnos.
Para abordarlo de forma resumida, vamos a enumerar las ventajas e inconvenientes de castrar a nuestra perra antes del primer celo, y así podremos compararlas con las de hacerlo tras varios celos:
Ventajas
Los riesgos de padecer tumores de mama en perras, directamente relacionados con las hormonas sexuales producidas por los ovarios, se reducen drásticamente. Las perras castradas antes del primer celo tienen una incidencia de tumores de mama en el futuro prácticamente nula, apenas un porcentaje reservado a posibilidades de genética. Sin embargo, las que son castradas tras varios celos, deben seguir siendo revisadas periódicamente en busca de la aparición de tumores en el futuro. Las mamas ya han sufrido la acción de las hormonas.
Los riesgos de padecer piómetras (infecciones de útero), se anulan totalmente, al desaparecer los ovarios, responsables de la estimulación cíclica del útero, y el mismo útero si la cirugía que se hace es una ovariohisterectomía.
El grosor y vascularización (aporte de sangre) a los órganos reproductores antes del primer celo es mucho más bajo que una vez que empieza a funcionar. Los tejidos no están infiltrados de grasa, y las ligaduras de la cirugía quedan mucho más seguras.
No suele haber problemas de obesidad en perras tan jóvenes. La presencia de exceso de grasa abdominal dificulta mucho la intervención.
No se detiene el crecimiento, al contrario de lo que mucha gente cree, simplemente se hace más lento, sostenido en el tiempo, de forma que nuestra perra llegará a su tamaño final de adulta un poco más tarde de lo que podrían hacerlo las perras que no estén castradas.
Evitamos que nuestra perra pase por gestaciones no deseadas, o pseudogestaciones (embarazos psicológicos) y pseudolactaciones, que pueden afectar a todas las perras dos meses después del celo, incluso desde el primero.
Desventajas
Posible aparición de incontinencia urinaria: los estrógenos parecen ser responsables del correcto funcionamiento de los músculos de la vejiga de la orina y del esfínter uretral. Al desaparecer con la cirugía los ovarios, no habrá estrógenos y, por tanto, puede aparecer al cabo de unas semanas o meses la incontinencia urinaria. Son pérdidas leves de orina que ocurren mientras nuestra perra está durmiendo, o al hacer algún ejercicio.
Y si le dejo tener varios celos, ¿no sufrirá incontinencia urinaria?
Dejar que pase uno o dos celos para operarla, pensando que así no sufrirá incontinencia urinaria tras la cirugía, es un error. La incontinencia urinaria aparece por igual en perras de raza mediana castradas a los 4 años, por ejemplo, que en el resto de rango de edades. Y además, afecta a un porcentaje bajo de hembras castradas.
Aunque no se castren, con el paso de los años, los niveles de hormonas en sangre bajan bastante (las perras son menos fértiles), y con esta bajada de estrógenos puede igualmente aparecer la incontinencia urinaria, de forma similar a lo que sucede en humanos.
Y si aparece, ¿hay tratamiento?
Existen varios fármacos que pueden solucionar el problema de la incontinencia urinaria, desde pequeñas cantidades de hormonas, hasta medicamentos (fenilpropanolamina), que actúan a nivel de la inervación de los músculos de la vejiga, y que ha demostrado ser eficaces solamente en hembras castradas para tratar la incontinencia.
El carácter…
A veces, tras superar los miedos a la cirugía, puesto que siempre puede haber complicaciones en la anestesia, o el proceso, como en todo, aunque sean mínimos, y después de haber hecho el balance de las ventajas y los inconvenientes, alguien nos dice que nuestro perro se quedará con un comportamiento infantil, o que su carácter va a cambiar y ya no será el mismo si se castra antes del primer celo.
Podemos escuchar lo mismo si decidimos castrarlo cuando tenga varios años de edad, pero en el primer caso, algunos argumentan que no dejaremos que el perro se desarrolle bien si no recibe la influencia de las hormonas sexuales. Ante esto hay que tener en cuenta que el carácter viene definido por genética, sociabilización, tiempo de permanencia con su madre y hermanos, entorno, hábitos…, y que recibir unas oleadas de estrógenos o de testosterona en su vida no va a hacer de nuestro perro un animal más equilibrado ni más o menos gruñón. Las hormonas pueden influir, pero no determinar.
Esperamos que las dudas sobre cuál es la mejor edad para castrar a un perro hayan sido aclaradas, y como siempre hacemos, os recomendamos consultar con un veterinario cada caso en particular, pues no siempre podemos aplicar las generalizaciones a nuestro perro o perra, a pesar de que funcionen en el resto de su especie.
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