Si acabas de adoptar seguro que te preguntas cuándo castrar a tu gato recién llegado. Hoy en día, la castración, también conocida como esterilización, se ha convertido en una práctica habitual con el objetivo de evitar el nacimiento de camadas no deseadas que perpetúen el problema del abandono, pero, también, de prevenir alteraciones de la convivencia que pueden darse durante el celo de los gatos, además de reducir patologías tan graves como los tumores mamarios.
¿A qué edad castrar a un gato?
En el momento en el que llega al hogar, independientemente de la edad, es habitual que nos preguntemos cuándo castrar al gato. La castración supone la extracción de los testículos en los machos y de los ovarios y el útero en las hembras. En ellas, a veces, se extraen tan solo los ovarios, dependiendo del tipo de cirugía. De esta forma, no se presenta el celo y, por consiguiente, el animal no se reproduce.
Ahora bien, ¿cuándo se puede castrar a un gato? La recomendación actual es realizar esta intervención antes del primer celo. Pero no hay una fecha exacta en la que todos los gatos maduren sexualmente, ya que el inicio de este período de fertilidad se ve modificado por factores como la luz solar. Así, en las temporadas de más horas de luz, el celo puede aparecer antes que cuando los días son más cortos. Como media, en general, se ha establecido como edad adecuada para la castración los seis meses.
Por otra parte, si nuestro gato es adulto, es posible esterilizarlo en cualquier momento, siempre que esté sano. En caso contrario, será el veterinario quien nos marque una fecha tan pronto se encuentre recuperado. En gatos adultos con patologías de relevancia habrá que valorar las ventajas y las desventajas de castrar al gato antes de tomar una decisión. Por último, si adoptamos un gato en una asociación protectora es habitual que nos lo entreguen ya castrado. Si es pequeño firmaremos un compromiso de esterilización. Según la protectora, asumirán la intervención cuando cumpla la edad adecuada o tendremos que operarlo por nuestra cuenta y remitir un justificante.
¿Cuándo castrar a un gato macho?
Los gatos machos suelen alcanzar la madurez sexual hacia los 7-9 meses, por lo que se podría esperar para castrar hasta esas fechas, pero suele recomendarse hacerlo antes, como hemos dicho, hacia los seis meses, para evitar que lleguen a desarrollar comportamientos asociados al celo. El marcaje con orina es el más habitual. Si el gato comienza a orinar en diferentes lugares, puede que, tras la operación, lo siga haciendo, de ahí el interés en realizarla de manera temprana. En cualquier caso, será el veterinario quien nos aconseje la mejor fecha según nuestras circunstancias.
Es importante saber que, tras la operación, los gatos maduros sexualmente pueden seguir siendo fértiles incluso durante varias semanas, por lo que debemos tener cuidado si convive con gatas sin esterilizar.
¿Cuándo castrar a una gata?
No hay diferencias entre cuándo castrar a un gato o, en este caso, a una gata. Los seis meses son un buen momento para fijar la operación, tal y como nos indicará el veterinario. En las gatas la operación puede consistir en la extracción del útero y de los ovarios o solo de los ovarios. Conviene que consultemos con el veterinario sobre la intervención que va a realizar.
En el caso concreto de las gatas, los estudios indican una relación entre el momento de la castración y el riesgo de aparición de tumores en las mamas. Se ha determinado que, operando antes del primer celo, el riesgo se reduce y va aumentando a medida que se retrasa la operación. Conviene recordar que estos tumores en las gatas son malignos en un porcentaje elevado.
Cuidados de un gato después de castrarlo
Una vez que hemos determinado la edad ideal para castrar a un gato, es importante que sepamos que el postoperatorio es sencillo. Normalmente nos lo llevaremos a casa una vez despierte de la anestesia, el mismo día de la operación. En el hogar es posible que tengamos que administrarle medicación durante unos días, a base de antibióticos y analgésicos, y, sobre todo, vigilar que la incisión cicatrice sin incidencias, limpiándola según las recomendaciones del veterinario. Si apreciamos malestar general, dolor en la zona, inflamación, enrojecimiento o supuración durante la recuperación del gato después de castrarlo, hay que contactar de inmediato con el veterinario.
¿Castrar a un gato le cambia el carácter?
Circulan numerosos mitos alrededor de la castración, independientemente de cuándo castremos al gato. Uno de ellos es que castrar a un gato lo tranquiliza y le hace perder su instinto cazador. Otro mito, muy extendido, es que engorda. Lo cierto es que la castración solo influye en las hormonas del ciclo reproductivo, por lo tanto, un gato activo y cazador no va a cambiar su día a día. Si es cierto que, al operar en una edad, los seis meses, en la que los gatos van a pasar de gatitos a adultos, no es extraño que disminuyan sus horas de juego, lo que sucedería de igual manera sin castración.
Además, otro efecto de la operación es que se reduce el metabolismo y aumenta el apetito. Como consecuencia, si seguimos alimentando al gato con comida para gatitos y no lo animamos a mantenerse activo, sí podría engordar. Para evitarlo es importante que cambiemos a un alimento más adecuado a esta nueva etapa vital y le ofrezcamos un ambiente enriquecido que le permita ejercitarse.
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